A mis 21 años de edad, estoy segura de haber aprovechado el tiempo. Cuatro años atrás, no me imajinaba la capacidad que mi imajinación podía tener.
He empezado a indagar por mares de oraciones, a travéz de libros, he imajinado paisajes que nunca nadie mas podría ver por mí; pero sobre todo he alimentado mi vida con sabiduría.
Cada libro una anécdota, cada palabra un sentimiento, cada frase un estado.
He admirado el trabajo y la docilidad de muchos escritores, pero sobre todo he admirado las palabras que han dejado algo en mí.
Así es la lectura un mundo de fantasías y realidades...
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